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Cuando tu relación de pareja se termina, con ella también se van muchos momentos que compartías con esa persona.

Todas tus rutinas cambian de golpe y te tienes que acostumbrar a su ausencia.

Y por eso te quiero recomendar algo, toma nota: Si tu relación de pareja se ha roto, ¡viaja sola!

Tú relación, tú universo

Esa persona ha formado parte de tu universo durante un tiempo y todo está impregnado de su recuerdo.

Desde que te levantas hasta que te acuestas, te vas encontrando en tu día a día miles de señales que te recuerdan a esa persona y a todos los momentos que vivisteis juntos.

Y es que no solo le echas de menos a él, sino a todo lo que hacías con él.

Sigues pensando en nosotros

Te acostumbraste a pensar desde el “nosotros”, y comenzar a pensar en “ti” te descoloca.

Los planes que te gustaba hacer con esa persona, eran apetecibles porque los ibas a hacer con él y hacerlos tu sola es impensable.

Lo sé muy bien, porque yo he pasado por eso.

Y es por esta razón por la que escribo este post, porque quiero empujarte a cambiar el “chip”.

La propuesta que quiero hacerte es clara: si tu relación de pareja se ha roto, viaja sola.

Y tu me dirás, “Pero ¿qué me estás diciendo? No viajo yo sola ni loca.”

Y soy consciente de que parece una locura, una barbaridad, pero no me cansaré de recomendarte que lo hagas.

¿Por qué es bueno viajar sola si tu relación de pareja se ha terminado?

Son muchas las razones que me llevan a hacerte esta recomendación, pero la principal de todas es que yo misma he experimentado sus beneficios.

Mi relación de pareja se rompió después de 8 años de relación.

Durante ese tiempo lo hacía prácticamente todo con esa persona.

De hecho, dejé en un segundo plano la vida que llevaba antes de conocerle (tremendo error del que hablaré otro día), y me centré en la suya.

Cedí voluntariamente mi independencia y al hacerlo me volví incapaz de pensar en lo que yo quería, en lo que me gustaba, en lo que necesitaba.

Al quedarme sola mi mundo se derrumbó. Si has descuidado tu vida social, es imposible recuperarla de la noche a la mañana.

Era incapaz de pensar en planes si él no venía conmigo.

Mi bunker Emocional 

Así que hice lo peor que se puede hacer y que no os recomiendo: me encerré en mi bunker emocional, iba del trabajo a casa y de casa al trabajo, sin más.

Mi vida se limitaba a sobrevivir porque para mí, en ese momento, no tenía vida si él no estaba en ella.

Mi periodo de hibernación duro seis meses, y aunque como ya os dicho, no os lo recomiendo.

Lo cierto es que de esa experiencia saqué muchísimos aprendizajes, que también os contaré en otro momento.

Finalmente desperté y aunque no estaba recuperada del todo, me empezaron a entrar ganas de salir de mi cueva y empecé a colorear mi vida.

Hice algunos cambios que me ayudaron a desvincularme emocionalmente de mi ex pareja y empecé a experimentar cómo era aquello de estar sin pareja.

¿Y sabes qué?

Me gustó. Poco a poco me fui dando cuenta de que yo era mucho más que la “novia de”.

Tomé conciencia de que era una mujer con mucho que ofrecer.

Que tenía muchos temas pendientes en los que nunca había pensado como prioritarios porque tenía la cabeza centrada en satisfacer las necesidades de otra persona.

Y así fue como empecé a hacer cosas que nunca antes me había planteado hacer sola.

Y una de ellas fue irme de viaje sola ese verano.

Mi destino

Elegí Florencia como mi lugar de destino, y durante cinco días me recorrí la Toscana.

Lo hice todo por mi cuenta, decidiendo los lugares que quería visitar, haciendo el viaje solo pensando en mí, en mis gustos, en mis necesidades.

Durante las primeras horas invadieron mi mente algunos pensamientos tipo “¿Qué demonios hago yo aquí?”.

Pero después me fundí con la maravillosa Florencia, decidí vivir esa experiencia y dejarme llevar, sin más.

Y descubrí que me gustaba estar conmigo, que era una excelente compañía para mí misma y que en realidad no necesitaba a nadie.

Aquel viaje me enseñó infinidad de cosas sobre mí y me transformó. Por eso, hazme caso, si tu relación de pareja se ha terminado, viaja sola.

¿Sabes lo que ocurre cuando viajas sola?

Viajar sola supuso un gran aprendizaje para mí y estas son algunas de las enseñanzas que descubrí:

  • Si algo te da miedo, tienes que ir de la mano con el miedo y hacerlo. Si esperas a que se te quite el miedo, nunca lo harás.
  • Cuando te haces dependiente de tu pareja, te conviertes también en una persona insegura. Crees que no eres capaz de hacer nada por ti misma.
  • Pero viajar sola te ayuda a darte cuenta de que puedes hacer cualquier cosa que te propongas.
  • Si durante mucho tiempo has dejado que otro decida por ti, llega un momento en el que te paralizas cuando tienes que tomar una decisión.
  • Si viajas sola tienes que tomar un montón de decisiones por minuto y hacerlo asumiendo el riesgo a equivocarte.
  • Y te aseguro que sienta genial tomar decisiones por ti misma, y meter la pata también, porque sales fortalecida.
  • Viajar sola abre tu mente, te hace más flexible y tolerante. Y esto es maravilloso porque al hacerlo descubres que la vida tiene muchos matices que antes no veías.
  • Pero sobre todo, cuando te digo “si tu relación de pareja se ha roto, viaja sola”, es porque al hacerlo vas a conocer a muchísima gente nueva.
  • Al viajar sola te das cuenta que en realidad no lo haces sola, en primer lugar te tienes a ti, y tu ya eres todo lo que necesitas.
  • Y en segundo lugar, aunque hasta ese momento no hayas sido consciente, hay mucha gente que, como tú, también viaja sola y que es tremendamente interesante, además.
  • Esas personas nunca se cruzarían en tu camino si no viajas sola.
  • Cuando viajas sola estás más abierta a hablar con otras personas, y lo haces de una manera espontánea y con total naturalidad.
  • Por ello, viajando sola puedes hacer nuevos amigos o incluso que surja un nuevo amor en tu vida.

En definitiva, son muchas las razones por las que no me cansaré de repetirte a gritos “si tu relación de pareja se ha roto, viaja sola”.

  • Por que es una experiencia que nunca olvidarás.
  • Porque saldrás absolutamente reforzada cuando lo hagas.
  • Porque a partir de ese momento habrás dado un paso de guerrera en tu vida que te va a llevar muy lejos.

Te aseguro que cuando estés montada en el avión de regreso tras tu primer viaje sola, tendrás la mente en tu próximo destino.

Créeme, te lo digo por experiencia porque, ¿sabes dónde me fui el año siguiente? A Nueva York, y ha sido el mejor viaje de toda mi vida.

Así que, hazme caso, si tu relación de pareja se ha roto ¡viaja sola!.

Si lo pruebas una vez, ya no podrás parar.

Cuéntame, ¿Cuál será tu destino?

¡Y buen viaje!

 

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